domingo, 25 de marzo de 2012

2º Festival Mujeres Poetas Internacional Grito de Mujer 8m+sororidad

Empieza el acto Grito de Mujer la lectura:  “Carta desde el más allá de Alfonsina Storni” de Lola Ruiz Maurazos:

Queridas compañeras.
            Voy a contaros, en breves palabras mi historia, en este difícil arte de la literatura.
Fui emigrante, madre soltera y poeta. Ello creó en mí una conflictiva situación existencial que asumí con rebeldía, haciendo que me enfrentara a los poderes establecidos y normas sociales de 1918 (mi época).
Me hice el firme propósito de no ceder nunca y luchar por mis convicciones.
Me refugié en la poesía irrumpiendo en ella, con un grito de emancipación femenina e individualismo, con raíces románticas.
Continué mi periplo poético, tocando la modernidad.           
Toda mi obra era solitaria y reflexiva. Mis páginas, se llenaban de incertidumbre, subversión e ironía. Esta era mi forma de encontrar el reconocimiento y la revelación de todo mi ser.
Os aseguro, que fue un camino lleno de espinas y en contadas ocasiones, tuve un reconocimiento de mi obra, en igualdad con los poderosos caballeros que me hacían el favor de leerla.
Mi angustia, mi lucha por la vida, la desventaja de haber nacido mujer en esa época, la desigualdad de derechos y la sin razón que me rodeaba, me hizo sentir una fascinación hasta lo irreal, por el Mar. A él no le importaba mi fealdad, cuando me miraba en sus aguas. Y estoy segura, que en su fondo marino, existe lo que digo en uno de mis poemas.
“En el fondo del Mar
tengo una casa de cristal
una avenida de madréporas
un gran pez de oro …”
Aquella tarde, cuando el Sol se ocultaba lentamente por el horizonte, para dar paso a la noche, decidí, marcharme para siempre, con quien mas había amado, el Mar.
Me puse mi traje azul, y con mis pies descalzos, comencé a caminar, despacio, muy despacio, como una novia cuando se dirige al altar a encontrarse con su amado.
Sus olas acariciaban mi rostro, sus aguas me cubrían con su manto blanco, arropándome contra ellas. La marea me llevaba hacia dentro, con la suavidad de una mariposa.
Para culminar en lo que más nos unía. La comunión de nuestros cuerpos, hasta fundirse en uno solo para siempre.
P.D.: Soy feliz al poder contemplar, que el camino que fuimos allanando las mujeres durante años, con nuestro esfuerzo por la igualdad de género ha dado sus frutos para un mundo mejor.
Alfonsina